IMPACTANTE HALLAZGO PODRÍA CAMBIAR EL FUTURO DE LA COMIDA

Los carbohidratos existen por una razón, aseguran científicos tras minucioso y polémico estudio.


Científicos de la Universidad del Rancho Tamales, en colaboración con el ICP (instituto culinario purista) y la Organización Gubernamental Por el Derecho de las Grasas, dieron a conocer sus más recientes descubrimientos en una impactante rueda de prensa que estremeció a las agencias noticiosas del mundo entero.


Al parecer, este equipo de trabajo internacional, coordinado por el Dr. Ruben Stanislavsky, obtuvo resultados en sus experimentos e inquisiciones que indican que las calorías son un elemento que tan sólo mide aquello que se encuentra naturalmente en la comida, pues representan la medida del aporte de energía que el cuerpo recibe al ingerir determinado alimento. Esto llevaría a concluir que recibir estas calorías no es, como se ha temido anteriormente, una fatalidad, digna de ser evitada mediante el consumo selectivo de alimentos desarrollados especialmente para ser "libres de calorías". El equipo, instalado en Rancho Tamales desde hace ya 10 años, fue aún más lejos al proponer que quizás el recibir calorías era una de las funciones principales de comer, y que la incorporación de grasas, azúcares y carbohidratos a nuestro organismo formaba parte de un misterioso proceso que por el momento denominan "alimentación", y que puede estar relacionado con la supervivencia misma.


"Las calorías han sido para todos una fuente de angustia colectiva, acechando en el fondo de cada bocado; pero algo durante mi doctorado en nutrición me llevó a albergar la sospecha de que tenían algún tipo de utilidad, puesto que si no probaba bocado, algo en mi interior no funcionaba bien"-confesó el Dr. Stanislavsky durante la entrevista con los medios-"Es evidente que nuestro descubrimiento puede tener muchas consecuencias drásticas, como el levantamiento de la prohibición de la nata, o la revaloración de alimentos tan peligrosos como los sopes, chalupas y pambazos, que llevan años sembrando terror en México. Debemos estar preparados"-comentó, avanzando incluso la confidencia de que su equipo había experimentado valientemente en sus propios cuerpos, mediante el consumo de alimentos preparados a base de manteca, sin que hasta el momento se detectara algún deceso.


Si sus hallazgos son confirmados por otros centros de investigación en el mundo, esto podría tener una repercusión mucho mayor de lo que cualquier pronóstico pueda avanzar por ahora, pues a largo plazo, significaría que el comer cosas grasosas, dulces o sin reducción industrial de algún tipo, no lleva directamente a una existencia miserable. El gremio internacional de queseros y aceiteros ha hecho pública su celebración del descubrimiento, pero no todos están contentos. Las bolsas de valores ya vivieron en carne propia estas implicaciones, registrando en la mañana una baja drástica en las acciones de Svelty, NutraSweet y varias otras firmas que dominaban el mercado de los productos bajos en grasa.


Al respecto, el Papa comentó via twitter que en ningún momento levantaría el decreto de excomunión a quien bebiera leche bronca. La redacción del presente artículo, sin embargo, descubrió una publicación de su Santidad en días anteriores, en la que advertíaa su cocinero de ir preparándose para ser mandado con Judas Iscariote si le volvía a servir su pasta de los miércoles con parmesano light.


Este reportero intentó contactar vía Médium a brillantes voces de la cocina tradicional, logrando establecer una entrevista conjunta con Julia Child y Brillat Savarin, pero cuando se les mencionó como referencia la existencia de pan blanco sin leche, sin huevo y sin azúcares, se escucharon golpes de cuerpos desplomándose, aterradores gritos y lamentos... y la comunicación cesó de improviso. Quien esto escribe agradece no haber tenido que llegar a la pregunta acerca de su preferencia entre la mantequilla o la margarina, o a la que buscaba su opinión sobre la dieta de los colores.


Minutos antes del cierre de esta edición, el doctor Stanislavsky y 10 miembros más del equipo de descubridores solicitaron asilo político en Suiza, después de haber sido amenazados de muerte por un grupo clandestino, que se sospecha está integrado por diversas compañías dedicadas a la distribución piramidal de tés, pastillas y suplementos alimenticios.


Seguiremos informando.

Anacrónicamente feliz

Es domingo por la noche y, para variar, tengo mil cosas que leer antes de que se termine el día. Llena de implacable decisión, me levanto de la silla y cierro la computadora para irme a realizar la muy analógica tarea de subrayar ese dichoso texto de Marketing que parece nunca acabarse. Aunque claro, si quiero subrayar, necesito una pluma, y como no hallo a la eterna pluma de cuatro colores Bic (comercial a quien comercial se merece. Si alguien me hiciera un retrato, tendría que salir con una pluma de ésas), me pongo a hurgar entre el desmadre de lapiceros, crayolas, cutters y demás en mi escritorio-de-nena-del-Porfiriato. En esas estoy cuando llega a los dedos la primera de ellas. Plateada, con extremos cuadrados y un agradable peso, gira en mis manos con una facilidad que me hace querer usarla de inmediato. La dejo, sigue la búsqueda y luego llega otra: color ocre, con un extraño sonidito al moverla, que resulta ser la canica bailando en el cartucho vacío. Ésa es mucho más reciente, pero siempre ha sido de batalla.

Ya olvidado el deseo inicial de hacerle a la lectora seria, revuelvo un poco más y, de los rincones esperados, las voy sacando una a una: la Lamy amarilla con la que se escribió la mayor parte de mi carrera; la Parker negra que siempre chorreaba la tinta pero oh por dios, qué bonita es; una Sheaffer color vino que no recuerdo haber usado, pero que se me antoja. El estuche verde olivo con las impecables plumas del abuelo Camacho; algunas chinas de calidad dudosa; es más, hasta el recuerdo llega de aquella primera, la Mont Blanc que en sus pocos meses de vida conmigo me probó que eso de la marca es más faramalla que otra cosa.

Me acuerdo ahora de cuando no usaba otra cosa para escribir mas que estas plumas fuente. Era un desmadre muy divertido. Siempre tenía el dedo medio manchado por la tinta, y cada que había que rellenar los cartuchos me pasaba horas jugando con las jeringas (sí, tenía un kit de recarga que varias veces fue confundido con instrumental de heroinómano): experimentando las diferentes variedades de colores que podía crear y contemplando, como si no existiera otra cosa, el disolverse de la tinta en los vasos de agua que acumulaba a mi alrededor. A la fecha he visto pocas cosas más sutilmente hermosas que las formas de la tinta cuando uno la vierte en agua.

Con todo, era muy lindo eso de ir de anacrónica a la escuela, con el estuche de plumas que nadie podía usar bien, porque su plumilla se había adaptado a mí. Mi mano, mi peso, mi ángulo de escritura. Andar por la vida con pluma fuente siempre ha sido de un egocentrismo exquisito.

¿Pero qué tienen estas cosas, que las hace tan entrañables? ¿Por qué uno habría de dejar de lado la sencillez de un buen bolígrafo por andar, a estas alturas del partido, manchándose los dedos? La respuesta, me parece, está en el mismo terreno que aquellas que damos para explicar el amor por mandar cartas, tomar fotos con cámara de rollo, poner acetatos en las consolas y usar relojes de cuerda. Ese tipo de artefactos, la mayor parte de las veces más hermosos que prácticos, tienen la capacidad de hacernos anacrónicamente felices. Claro, no se trata de pretender que uno vive en un tiempo anterior y renunciar a los correos electrónicos, las cámaras digitales o –dios nos libre- al iPod y similares. Todo eso puede hacernos la vida más fácil y darnos acceso a miles de ventajas que, aceptémoslo, no tenían los contemporáneos de mi plumita Sheaffer. Y sin embargo, nos mueven.

Todo objeto fabricado por el hombre es a la vez reflejo y condicionante de las características de su época. Toda cosa antigua que llegue a nuestras manos hoy es una especie de testigo de tiempos que no nos fue dado vivir, pero que nos llaman a través del tacto y la evocación estética. Me resulta entre mágico y angustiantemente apasionante intentar pensar en las palabras que habrán escrito estas plumas, los subidones de pulso que habrán presionado las cajas de esos relojes, las fiestas que habrán amenizado aquellos acetatos. El síndrome del Violín Rojo (cfr. con la peli canadiense) es un argumento bastante fuerte a favor de los usuarios anacrónicos, aunque no el único, ni –según yo- el más fuerte.

Hay un encanto especial en rehuir a los mandamientos contemporáneos de practicidad, inmediatez, pureza y definición. Los objetos antiguos y su uso en esta época son atractivos porque nos llevan, precisamente, al aprendizaje de todo aquello rechazado por el acelerón que es la vida moderna. Representan los males de los que los desarrollos tecnológicos de las últimas décadas han tratado de huir: la espera, la minuciosidad, la posibilidad de error, lo irreversible de las decisiones que uno toma con ellos.

No, no puedes regresar el contador de tu cámara y volver a sacar esa foto. No puedes ignorar tu reloj por días y esperar que siga avanzando, perfectamente, sin tu esfuerzo cotidiano. No puedes no voltear el acetato, ni abrir inmediatamente la carta que te enviaron esta mañana. No puedes hacer muchas cosas que la tecnología actual sí te permite, pero eso es justo lo que te hace apreciar las cosas que sí tienes; porque a cambio de la espera, el esfuerzo y la atención, tienes una foto que es el reflejo fiel de los juegos de la luz con lo que sea que haya pasado frente al lente, y un reloj que nunca necesitará una pila nueva, con un ritmo que te suena al de tu propio corazón. Tienes un disco con un sonido distintivo, y un pedazo de papel que tiene no sólo la tinta, sino la huella de las manos de quien te lo mandó.

La incertidumbre y la dificultad también juegan en este sistema de buscar justo aquello de lo que la tecnología nos salva. Puede que tu carta llegue, puede que no; lo mismo que puede que tu reloj se pare un día de éstos. Toda foto, igualmente, es en su estilo un salto de fe. Seres contreras pero al final muy predecibles, nos gusta lo difícil, lo que toma su tiempo y se hace el interesante. Es como estar apostando todo el rato y, si sale, alegrarnos como niños chicos por el milagro.

Eso de dejarse ganar por el lado oscuro es siempre una gran tentación; y cuando en esa sombra están todos los desplazados de la modernidad brillante y acelerada, cuya falibilidad no deja de ser contrastada todos los días, entonces el encuentro se vuelve adictivo. Debería, creo ahora, volver a contemplar las gotas de tinta en el agua, para escribir como si no hubiera tiempo ni prisa. Pero creo que primero voy y termino el libro de Marketing.

Servicios Imaginarios A.C.

La sociedad actual, posmoderna, posnacionalista y, básicamente, postodo, sufre día a día con las grandes preocupaciones de nuestra modernidad desecha. Sin embargo, esas pequeñas piedras en el zapato, esas angustias cotidianas son igualmente motivos de sufrimiento, y su eliminación es más que una labor de comerciantes: es una misión humanitaria. Es por eso que en Servicios Imaginarios A.C., nuestro equipo creativo se afana constantemente por proveerle a Usted -Sí, a usted, querido posmodernauta (Carmen Camacho, 2010), una vía más eficaz para fluir suavemente por las superficies resbalosas de nuestro tiempo.

He aquí las novedades de nuestro catálogo 2011:


* ¿Cansada de dudar si su mecánico la está cuenteando? ¿le angustia no saber dónde carajos van las balatas...y por qué hay que cambiarlas? ¡No sufra más! La Universidad de los Servicios Imaginarios abre para usted, señorita, o usted, joven cyberautista, el curso completo de Mecánica para Señoritas, con módulos especialmente dedicados al conocimiento y familiarización con las partes de su auto, uso de máquinas simples para resolver problemas pequeños (impartido por la reconocida dra. Nuche) y nuestro gran éxito: "detección eficaz de choros de mecánicos y agencias", un método in-fa-li-ble para saber cuándo le están hablando de los problemas reales de su carro y cuándo le proponen cambiarle el ciguëñal por unos transmisores de compresión alterna de baleros. Cupo limitado, inscríbase ¡ya!

*Amigo universitario, maestrante, doctorante, hijo olvidado del CONACyT. Tesistas todos. ¿Se lo está comiendo el tiempo? ¿ha pasado meses frente a la página en blanco y siente que nomás no ve la luz? ¿Se siente un ejemplo vivo del verbo procrastinar? ¡Entonces no lo dude más! Servicios Imaginarios, en una innovadora alianza con las universidades de mayor prestigio, ofrece para este verano su famosísismo "Thesis Camp": Un servicio todo incluído, que lo llevará a usted y a sus compañeros más queridos -o menos insoportables- a un retiro de calma y productividad, en un oculto valle en el que no hay señal telefónica, donde la comida sana y el ejercicio moderado harán de usted un mejor y más eficiente tesista. Amplios galerones con literas y nada de conexión a internet; despertares tempranos para ir a caminar; litros de café, te y mate a voluntad; horas inflexibles de sujeción frente a la computadora; terapia colectiva vespertina, para lidiar con sus angustias de investigador y -lo mejor- acceso a facebook restringido a una hora al día. Las visitas dominicales de su asesor se llevan acabo en un ambiente de total protección, siguiendo el modelo de Alcatraz. Terminará al menos el marco teórico de su tesis en dos meses, o le devolvemos su dinero. Miles de doctores de Oxford, Cambridge, Stanford y la Universidad del Rancho Tamales lo recomiendan ¡inténtelo!

*Es lo último en tecnología en Japón, y millones de usuarios contentos y con amigos/pareja/trabajo no dejan de recomendarlo: es el "Censurotrón 2011", una maravilla surgida del mismísimo fabricante del Babel Fish. Sólo introdúzcalo en su oído y espere a que haga su magia.
Gracias a sus sensores de ultimísima tecnología, el Censurotrón 2011 es capaz de detectar cuando usted está diciendo algo que no piensa, o cuando son sus emociones viscerales las que han tomado control de sus palabras; mediante un delicado sistema electroquímico, el Censurotrón envía una orden de silenciar las cuerdas vocales, impidiendo que usted, en un arranque, se vaya de la lengua...de forma audible. Promoción de introducción: las primeras 50 personas en contactar con Servicios Imaginarios se llevarán de regalo el "Voluntakit", nuestro famoso producto destinado a introducir impulsos eléctricos para pararlo de ese sillón, para hacer que logre despertarse justo a la hora que quiere y sí...para que sus "No" se sostengan. No lo dude más, mejore su vida y la de aquellos que le rodean.

Servicios Imaginarios A.C.
Carretera Utópica km. 42
C.P. 3.1416
www.porfavorquealguienloinvente.com.mx